“Una buena conexión de Zaragoza con el puerto de Valencia -según Puig- es fundamental no sólo para Aragón y la Comunidad Valenciana si no para el conjunto de España porque, efectivamente, el puerto de Valencia se ha convertido en el primer puerto de contenedores del mediterráneo y, por tanto, es fundamental para las exportaciones”.
Esta reunión se enmarca dentro de las relaciones institucionales que el jefe del Consell está manteniendo con las comunidades autónomas limítrofes con las que comparte proyectos comunes e infraestructuras que atraviesan ambos territorios. Por ello, Puig fue acompañado de la consellera Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, que mantuvo una reunión con su homólogo aragonés, José Luis Soro Domingo.
Tras el encuentro con Lambán, Puig recordó que el futuro de España pasa por las exportaciones y aseguró que Aragón produce en estos momentos muchos bienes y servicios para la exportación y por tanto es una cuestión de competitividad. Tal y como explicó el jefe del Consell, “las infraestructuras son sobretodo instrumentos para mejorar la economía y la capacidad de las empresas de competir adecuadamente”.
Ambos dirigentes coincidieron en la necesidad de cambiar la orientación general del estado de las autonomías porque “la radialidad, el hecho de que para ir del Cantábrico al Mediterráneo haya que pasar por Madrid no tiene porqué ser así ni es lo más razonable”.
Tras su reunión, el presidente de la Generalitat Valenciana afirmó que “se abre una nueva etapa en las relaciones entre la Comunidad Valenciana y Aragón”, algo calificado como “extraordinario” ya que hay muchos puntos de unión entre las dos comunidades y, además, porque “juntos, la Comunidad Valenciana y Aragón podemos mucho más”. “Se trata de abrir una nueva etapa en la que en todas las facetas y departamentos se construya una red de complicidades fundamental para desarrollar políticas asentadas en la justicia social”, aseguró Puig.
Conexión
Uno de los asuntos destacados en la reunión ha sido formar un frente común para reclamar al Estado la aceleración de las actuaciones para adecuar la N-232 en los tramos más complicados de Teruel y Castellón, la modernización de la línea ferroviaria Sagunt-Teruel-Zaragoza, así como la apuesta clara por el Corredor Mediterráneo.
En este sentido, cabe señalar que la Comunidad Valenciana es la salida natural al Mediterráneo de Aragón, mientras que Aragón y el Valle del Ebro es el camino natural de comunicación de la Comunidad con la fachada Cantábrica.
Sin embargo, las vías de comunicación entre ambas regiones presentan deficiencias estructurales. Así, la línea ferroviaria se extiende a lo largo de unos 325 kilómetros, de los cuales sólo el tramo más cercano a Zaragoza (hasta bifurcación de Teruel, de unos 13 kilómetros) cuenta con vía doble y está electrificada. El resto de la línea presenta una vía única sin electrificar y con pendientes elevadas, lo que implica circulación lenta y trenes cortos, con poca capacidad de carga. Ello implica grandes dificultades para el transporte ferroviario de mercancías.
Durante el encuentro también se ha abordado la situación de la N-232 (A-68), que a pesar de que en varias provincias ha mejorado e incluso hay tramos convertidos en autovía, el estado de la nacional en su paso por Castellón y Teruel es todavía muy deficiente, con tramos sinuosos y puntos de velocidad reducida lo que supone un lastre para las perspectivas socioeconómicas del norte de Castellón y del sur de Teruel.
El pasado 31 de julio alcaldes de la zona, representantes de la Generalitat Valenciana, de la Diputación de Aragón, parlamentarios de ambas Comunidades y de distintos signos políticos firmaron el acuerdo de Morella por la N-332 y A-68. En dicho acuerdo se señala que el tramo Alcañiz-Morella-Vinaròs ha sido históricamente olvidado, de manera que su deterioro y la no ejecución de distintos proyectos de modernización, lo que ha supuesto un freno al desarrollo de la zona.